El reciente libro Poor
Economics: A Radical Rethinking of the Way to Fight Global Poverty o su versión
en castellano: Repensar la pobreza. Un giro radical en la lucha contra la desigualdad global es uno de los textos
que mayor impacto está teniendo en la comunidad inmersa en el desarrollo . De él
se han vertido generosos comentarios por parte de diversos académicos de
prestigio (Amartya Sen, Robert Solow), y medios de amplia divulgación (The
Economist, The Guardia, El País), por citar algunos (véase sitio web).
Lo relevante de este estudio, además de su fuerte
contenido empírico, que le da amplio soporte a los argumentos desarrollados en
el mismo, es que representa una visión muy de moda dentro de los economistas
del desarrollo, y que tiene que ver con las Randomized Controlled Trials (RCTs) o Pruebas Controladas Aleatoriamente. Las cuales son experimentos que
estudian la respuesta de grupos de individuos de una misma población ante la
aplicación de diferentes intervenciones o programas de política pública ―cuya
técnica se desprende de experímentos utilizados en la investigación médica.
Los autores del libro, Abhijit Banerjee (India) y Esther
Duflo (Francia) son profesores del MIT, así como fundadores del Abdul Latif Jameel Poverty Action Lab (J-PAL)
(año 2003), una red de académicos en todo el mundo centrada en realizar
evaluaciones aleatorias (Randomized Evaluations), y que
buscan dar respuesta, de forma científica, a cuestionamientos centrales que
forman parte de los esfuerzos de reducción de la pobreza en el ámbito
internacional.
Los principales argumentos de los autores descansan en
el análisis de las regiones y países más pobres del planeta (de ahí el nombre
del libro), que concentran la mayoria de las personas en dicha
condición, lo que equivale a subsistir con 16 rupias al día (36 céntimos de dólar
estadounideses) o 99 céntimos de dólar en términos de paridad del poder de
compra ―que permite comparar el poder adquisitivo de distintos países (ver gráfico).
Así pues, se da respuesta a cuestionamientos vinculados a la existencia de diferentes
trampas de la pobreza. Entre ellas: la
basada en la falta de alimentos; los impedimentos que hacen que los pobres
no inviertan no inviertan más en salud, teniendo la oportunidad de hacerlo; o
bien, el papel de las creencias en la determinación de una mejor calidad de
vida de las personas de escasos ingresos, entre otros.
Este trabajo destaca dos grandes temas: en la primera
parte se destaca el juego de incentivos, información incompleta o creencias que
son un lastre para mejorar la salud, la educación y, en general, la calidad de
vida de los pobres. En este sentido, se adopta una perspectiva más a partir del
individuo.
En la segunda parte, se resalta el peso de la calidad
de las instituciones y derivado de ello, las redes humanas que teje este
colectivo para protegerse ante dificultades del entorno y la proclividad al
riesgo al que están constantemente expuestos. Lo anterior, en cierto modo llega
a ser contraproducente, ya que ha influido para alejarlos de otros esquemas de
protección social y de integración productiva y financiera. De ahí que se
entienda el desarrollo limitado que todavia experimentan los microcréditos como
un escalón de financiación de empresas de mayor tamaño; lo que impide, por otra parte, ayudar a dinamizar la
financiación productiva de los países en desarrollo.
Dentro de esta segunda vertiente institucional, los
autores resaltan la importancia de los matices y los detalles dentro del estudio
de las instituciones, una vez que esto puede ayudar a mejorar el funcionamiento
de las mismas, a pesar de estar situados en entornos muy negativos. Este
hecho es valioso para a contrarrestar el problema de las tres “ies”: ideología,
ignorancia e inercia, que hacen que muchos programas implementados en
materia de ayuda al desarrollo se mantengan activos, a pesar de estar muy
distantes del respaldo social, especialmente de la población objetivo de la
ayuda.
Los autores consideran que revertir los retos
institucionales mediante un trabajo detallado y bien consensuado es la mejor
vía para un desarrollo eficaz, sin tener que esperar a que surjan grandes revoluciones
transformadoras.
No obstante el éxito del libro, y desde luego, la
innegable riqueza empírica que lo nutre, se le han achacado algunas críticas.
Una de ellas es la falta de una teoría detrás. En este sentido, es cierto que, a pesar de plantear el debate más reciente sobre la economía política del desarrollo,
se presentan argumentos novedosos cuando, en buena medida, han sido fruto de la rica
literatura de los teóricos (clásicos) del desarrollo. En todo caso, sí que es relevante el hecho de que se
subraye la ausencia de respuestas
universales para combatir la pobreza ―lo que da realce a las particulariedades
nacionales. Se puede añadir otro cuestionamiento: el componente ético de
algunas de las Pruebas Controladas
Aleatoriamente descritas en el libro, cuyo tema a suscitado gran debate y creo
debe seguir siéndolo, sobre todo, para los especialistas del desarrollo...
Abhijit
Banerjee y Esther
Duflo
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