El informe más reciente sobre riqueza global del Credit Suisse Group (2011) muestra resultados más que reveladores.
Vale la pena enumerar cinco aspectos: (i) el 0.5 por ciento de la población adulta más rica en el mundo posee
activos financieros y no financieros (menos deuda) por arriba de un tercio de
la riqueza global. Esto es, que los 29.7 millones de adultos millonarios y
billonarios del planeta tienen el control del 38.5 % de los activos de riqueza global.
(ii) De este grupo, sólo 2700 individuos tienen activos que sobrepasan los 500
millones de dólares. (iii) El 67.7 por ciento de la población mundial ―la base
de la pirámide―, equivalente a 3054 miles de millones de personas, tiene un
nivel de recursos por debajo de los 10 mil dólares, lo que representa el 3.3
por ciento de la riqueza en el mundo. (iv) en la parte intermedia, mil millones
de personas tienen activos que se ubican en el rango de los 10 mil y 100 mil
dólares. Finalmente, (v) 91.2 por ciento de la población mundial es dueña de,
prácticamente, 18 por ciento de la riqueza internacional (ver gráfico).
De acuerdo al informe de la misma institución del año
2010, el fenómeno de la concentración de la riqueza es un tema claramente asociado
a la región de Norteamerica, Europa, y Asia-pacífico, y es, principalmente, agudo
en Estados Unidos donde reside el 41 por ciento de la gente
más rica. Le siguen Japon (10%), Francia (9%), Italia (6%), Reino Unido,
Alemania (5% respectivamente), y Canadá (4%). China (3%), junto con Brasil (1%), son los únicos países en desarrollo
con mayor tasa de millonarios.
Estos datos muestran no más que una tendencia que se
ha agudizado con el paso del tiempo. Los cálculos efectuados por Branko
Milanovik (2009) muestran como la desigualdad del ingreso ha aumentado sostenidamente
desde 1820, convirtiéndose en un problema más marcado a partir de 1980.
Sin duda, la dinámica de este rasgo del capitalismo ha
sido más cruel con los jovenes y con las mujeres. En los primeros, cerca de la
mitad de la población joven en el mundo se ubica en los dos grupos de ingreso
más bajos, que supone 1.5 mil millones de jovenes menores de 24 años viviendo en
una situación en la que junto con sus familias sólo tienen acceso al 9 por ciento
del ingreso global.[1]
En el caso de las mujeres, si bien parecen sufrir en términos agregados del
mismo nivel de desigualdad que el resto de la población, el problema se hace más
evidente al incluir el componente de la edad. Una vez considerado este aspecto, emerge el atributo de
pobreza en mujeres adultas y jovenes, con valores muy altos ―20% y 1/4,
respectivamente, están por debajo de la linea de la pobreza.[2]
La desigualdad, por definición, es un problema que se
vive más intensamente en los países de ingreso medio. No obstante, su evolución
incluye un debate más amplio -dada la tendencia que se observa en la economía
mundial-, sobre la capacidad efectiva que tienen los estados para generar politicas de
crecimiento y desarrollo incluyentes, y no sólo en favor de los más ricos como
hasta ahora viene sucediendo. Es importante seguir hablando sobre este tema…
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