jueves, 29 de marzo de 2012

La riqueza y la punta de la pirámide


El informe más reciente sobre riqueza global del Credit Suisse Group (2011) muestra resultados más que reveladores. Vale la pena enumerar cinco aspectos: (i) el 0.5 por ciento de la población adulta más rica en el mundo posee activos financieros y no financieros (menos deuda) por arriba de un tercio de la riqueza global. Esto es, que los 29.7 millones de adultos millonarios y billonarios del planeta tienen el control del 38.5 % de los activos de riqueza global. (ii) De este grupo, sólo 2700 individuos tienen activos que sobrepasan los 500 millones de dólares. (iii) El 67.7 por ciento de la población mundial ―la base de la pirámide―, equivalente a 3054 miles de millones de personas, tiene un nivel de recursos por debajo de los 10 mil dólares, lo que representa el 3.3 por ciento de la riqueza en el mundo. (iv) en la parte intermedia, mil millones de personas tienen activos que se ubican en el rango de los 10 mil y 100 mil dólares. Finalmente, (v) 91.2 por ciento de la población mundial es dueña de, prácticamente, 18 por ciento de la riqueza internacional (ver gráfico).


De acuerdo al informe de la misma institución del año 2010, el fenómeno de la concentración de la riqueza es un tema claramente asociado a la región de Norteamerica, Europa, y Asia-pacífico, y es, principalmente, agudo en Estados Unidos donde reside el 41 por ciento de la gente más rica. Le siguen Japon (10%), Francia (9%), Italia (6%), Reino Unido, Alemania (5% respectivamente), y Canadá (4%). China (3%), junto con Brasil (1%), son los únicos países en desarrollo con mayor tasa de millonarios. 

Estos datos muestran no más que una tendencia que se ha agudizado con el paso del tiempo. Los cálculos efectuados por Branko Milanovik (2009) muestran como la desigualdad del ingreso ha aumentado sostenidamente desde 1820, convirtiéndose en un problema más marcado a partir de 1980. 

Sin duda, la dinámica de este rasgo del capitalismo ha sido más cruel con los jovenes y con las mujeres. En los primeros, cerca de la mitad de la población joven en el mundo se ubica en los dos grupos de ingreso más bajos, que supone 1.5 mil millones de jovenes menores de 24 años viviendo en una situación en la que junto con sus familias sólo tienen acceso al 9 por ciento del ingreso global.[1] En el caso de las mujeres, si bien parecen sufrir en términos agregados del mismo nivel de desigualdad que el resto de la población, el problema se hace más evidente al incluir el componente de la edad. Una vez considerado este aspecto, emerge el atributo de pobreza en mujeres adultas y jovenes, con valores muy altos ―20% y 1/4, respectivamente, están por debajo de la linea de la pobreza.[2]
 
La desigualdad, por definición, es un problema que se vive más intensamente en los países de ingreso medio. No obstante, su evolución incluye un debate más amplio -dada la tendencia que se observa en la economía mundial-, sobre la capacidad efectiva que tienen los estados para generar politicas de crecimiento y desarrollo incluyentes, y no sólo en favor de los más ricos como hasta ahora viene sucediendo. Es importante seguir hablando sobre este tema…


[1] Ortiz y Cummins, Global inequality: Beyond the bottom billion, Social and Economic Working Paper UNICEF, 2007, p. 12
[2] Ibid, p. 13

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